Castillo de Beyneac Fuente |
Francia es un país tan vasto turísticamente hablando que es
imposible conocer todos los rincones con encanto del país, a la sombra de
destinos mucho más populares. Sin embargo el desconocimiento no implica la
falta de atractivo. Y un claro ejemplo lo tenemos en el Périgord Noir, y más
concretamente en el Pays de Sarlat.
El apelativo Noir (negro) procede del color del tesoro más
importante de la región, la trufa. El suelo de este rinconcito de la Dordogne está
infestado de este manjar, y muchos lugareños, mitad truficultores, mitad
buscadores de oro del lejano oeste, se afanan en pasear a sus perros esperando
el ansiado momento en el que den con el hongo. Posteriormente lo venderán en
mercados como el de Sarlat, la capital histórica de la región. Los miércoles está destinado a profesionales,
que acuden aquí desde todos los rincones del mundo para llevarse estás pequeñas
joyas negras. Si desea curiosear, el sábado es su día, puesto que se celebra el
gran mercado de alimentación, donde además de trufas encontraremos todo tipo de
setas, nueces y otro de los productos estrella de la zona: el foie gras.
Un rincón de Sarlat Fuente |
Por si tu estómago no ha conseguido convencerte aún para
emprender la marcha, hablaremos de la monumentalidad de la zona. La propia
Sarlat es una delicia de casas medievales con contraventanas de madera,
fachadas de piedra y tejados negruzcos. Se ha instalado un ascensor en
el campanario de la iglesia para contemplar desde arriba la villa, que cuenta
con la mayor cantidad de edificios protegidos por metro cuadrado de todo el
país.
Y por si esto fuera poco, a seis kilómetros encontramos el valle
del Dordogne, el río que da nombre al departamento. Acantilados en los que se
agarran pueblos minúsculos como La Roque Gageac, con sus casas horadadas en la
piedra; Beynac et Cazeac con sus callejuelas empedradas rematadas por un
imponente castillo, fiel al bando francés y rival del de Castelnaud, adscrito
al bando inglés y que ahora alberga el más que interesante museo de la guerra medieval. Guerra de la que por estas tierras saben bastante. Fue una de
las fronteras más activas durante la Guerra de los cien años, Ricardo corazón de León mediante.
Pero si todo este ajetreo nos ha fatigado, podemos subir a bordo de una gabarra y contemplar las mejores vistas desde los recodos del Dordogne.
La Roque Gageac se alinea junto al Dordogne Fuente |
Para llegar a la zona es recomendable acceder en coche, que
nos dará más libertad a la hora de planificar las visitas. Sarlat-la-Canéda
(nombre completo del municipio) se encuentra a unas dos horas de ciudades
como Burdeos, Toulouse, Clermont Ferrand y Limoges. No obstante, una línea de
los eficientes trenes regionales franceses (TER) parte desde Burdeos hasta
Sarlat, donde existen agencias de alquiler de vehículos. Podremos alojarnos desde 50 euros, en pequeños
y versátiles hoteles, y por un poco más en habitaciones de pequeñas villas con
detalles sorprendentes. No hay excusa para no acercarse a visitar el Pays de
Sarlat. Su historia, su patrimonio y su gastronomía lo convierten en un destino
ideal para disfrutar de la verdadera Francia.